Cuando se trata de mujeres y finanzas a veces hay una desconexión entre lo que las mujeres sabemos y cómo actuamos, nuestra capacidad como realizadoras y nuestro bajo rendimiento económico y entre el poder que tenemos a nuestro alcance y la impotencia que rigen nuestras acciones.
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Escucha a tu instinto
Las mujeres somos compasivas con los más necesitados. En vez de seguir nuestro instinto a veces pasamos por alto lo obvio y cometemos un error financiero emocional. «Un amigo, un pariente, un ser querido se acerca a nosotras diciendo: «NECESITO un préstamo de 5.000€ «. Y tú, pensarás: «Yo no quiero» y a pesar de esto dices: «Muy bien». Por lo tanto, piensa dos veces antes de decir «sí», si tu instinto te está diciendo «No».
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NUNCA firmes como fiadora, para cualquier persona
Si un amigo o familiar te pide hacer de fiadora o avalista para un préstamo, probablemente lo mejor es decir «No». La mayoría de las veces, el prestatario incumplirá con sus obligaciones o pagará tarde y tú corres el riesgo de perder dinero porque, es la fiadora o avalista, la que en, última instancia, es responsable del préstamo. Dí «No» por amor, no por temor.
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Sálvate a ti misma primero
Si no tienes suficiente dinero para ahorrar para su jubilación ésta tiene prioridad.
Las mujeres solemos pensar que estamos ayudando a nuestros hijos pagando sus estudios o la boda. Es un mito. Ayuda a tus hijos ahorrando para ti misma primero. Si te jubilas sin suficiente dinero para mantenerte, te convertirás en una carga financiera para tus hijos. Existen un muy variada oferta de préstamos para todo tipo de fines, pero no hay préstamos para la jubilación.
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No entregues las finanzas a tu esposo o pareja
Las mujeres solemos dejar los asuntos financieros familiares a nuestra pareja, ya sea porque tenemos miedo, pereza, o siguiendo lo que es una costumbre anticuada. Tener el control de tu destino financiero requiere que seas una participante activa, no sólo mediante el pago de las facturas sino también en la supervisión de tus inversiones. Dando este paso te sorprenderás de cómo esto ayuda a tu relación.
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No te ponga a la venta
No se trate a ti misma como si estuvieses en venta. Si eres reticente a poner un valor real en lo que haces, estás disminuyendo lo que es. Las mujeres tendemos a devaluar lo que hacemos.
Esto crea un círculo vicioso: «Cuando se devalúa lo que hacemos, se hace inevitable que tú y quienes te rodean devalúen lo que es.» Las mujeres nos conformamos con menos: Nosotras pueden ofrecer precios de descuento en nuestros servicios, o aceptar un menor aumento salarial, aún cuando la empresa va bien. Nosotras debemos pedir lo que sabemos que es «lo correcto».
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Protege tus activos: obtén un acuerdo pre-matrimonial
La norma básica es que tu pareja y tú, de forma conjunta, tenéis derecho a los bienes adquiridos durante el matrimonio y ambos cargaréis con las deudas acumuladas durante el matrimonio. Cualquier bien que tengas cuando contraes matrimonio no se debe compartir automáticamente. Protege tus activos.
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Sin culpa, no hay vergüenza
Dos de los mayores pesos que las mujeres llevamos (invisibles obstáculos gemelos del pasado) son la carga de la vergüenza y la tendencia a auto-culparnos. Si no confías en tu conocimiento de cómo funciona el dinero te esconderás detrás de la vergüenza o encargarás la decisión a otros, permaneciendo atrapada en un patrón de inacción. Echarás la culpa a la sociedad, a tus padres, tu esposo / pareja, o todo lo anterior. El sentimiento de culpa te hace impotente y la vergüenza sólo sirve para retenerla. Tienes que ir y averiguar sobre las finanzas personales por ti misma.
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Cuida tu dinero
Las mujeres nutrimos a la gente y a las cosas que son importantes para nosotras. Por lo tanto, cuida de tu dinero como lo haces de tu esposo / pareja, familia, amigos, mascotas, plantas y la ropa. Aprecia el dinero como todos los demás elementos insustituibles en tu vida. Busca inversiones inteligentes, ahorra y no lo malgastes en cosas sin sentido.
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No hagas a tus hijos menores de edad beneficiarios de tu seguro de vida
Las compañías de seguros no pagarán a niños menores de dieciocho años de edad. Crea una cuenta de fideicomiso y nombra el fideicomiso como beneficiario de tu póliza de seguro de vida.
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Sé la propietaria del poder de controlar tu propio destino
Date a ti misma todo lo que das de ti misma. El poder viene de lo que es, no de lo que tienes y la transformación comienza con la forma de tratarte que permites a los demás. Haz lo correcto, en lugar de lo que es fácil. Recuerda que debes reunir valor y silenciar el miedo… No pierdas de vista el objetivo, lo que realmente quieres lograr, no importa lo que digan o hagan para detenerte. Sólo debes seguir adelante.